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Rudy Gordian

Dios cumple sus promesas y nunca se olvida de ti

Les pregunto: ¿Habrá alguien aquí que ha creído en algún momento que Dios se ha olvidado de sus peticiones? ¿Cuántas veces hemos pedido algo y hemos pensado que Dios no nos cumple? Yo no sé si a ustedes les ha pasado, pero a mí sí.


Hay una parte en la introducción de los Salmos de la Biblia Devocional de Estudio, que dice que aun los escritores de los Salmos, muchas veces se preguntaban también: ¿Dónde está Dios? ¿Por qué no me ayudas? A pesar de su amor por Dios, muchas veces se sintieron abandonados, maltratados y traicionados. No encontraban garantía de seguridad en su cercanía con Dios.


Jesús, a punto de morir, sintió que Dios le había abandonado. En el Salmo 22:1-2 dice: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor? Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo.


En estos dos versículos es claro que Jesús se sintió abandonado. En los salmos podemos ver cómo aun los mejores hombres sufrían angustias y se sentían abandonados. O sea; no se sienta mal si se ha sentido de esta manera, ya que ellos sentían lo mismo que sentimos nosotros.


Este mensaje trata precisamente de cuando nos sentimos abandonados y que Dios no nos escucha.

En el Salmo 37 versículos del 1 al 9 nos dice Dios a través de David:

1 No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

2 Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán.

3 Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.

4 Deléitate asimismo en Jehová, Y Él te concederá las peticiones de tu corazón.

5 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará.

6 Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía.

7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en Él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.

8 Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

9 Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.


Hay ciertos pensamientos claves que nosotros necesitamos entender en este salmo. En este salmo se nos habla a nosotros los cristianos especialmente, para mostrarnos los pasos que debemos comprender y asimilar en nuestra vida.


I. NO SEAMOS IMPACIENTES - Sí, esto nos pasa a nosotros porque a veces somos muy impacientes, no nos gusta esperar. Nos impacientamos tanto y tanto; que a veces decimos:

¿Cómo puede ser que mi vecino que es así, y así, que no es creyente, tiene muchas cosas y yo no tengo nada? Yo trabajo, soy honesto, trato de cumplir lo que Dios dice, y sin embargo no prospero materialmente como Él.

¿Pero cómo es posible que yo, que trato de buscar a Dios honestamente, que trabajo, que me esfuerzo, tengo solo problemas y nada más?

Este salmo nos hace pensar y nos da una tremenda lección. Dice: “No te impacientes”.


II. CONFIAR - Descansar en sus promesas. Debemos aprender a descansar en las promesas de Dios, al hacer esto nunca fracasaremos porque Dios no falla, Dios no deja de cumplir sus promesas.

Debemos tener mucho cuidado; muchas veces nosotros descansamos en nuestras propias promesas porque pensamos que algo es bueno para nosotros. Todas las cosas son nuestras en Cristo Jesús, pero no todas nos son convenientes.

Confiar en Dios es estar convencido de que en Su Palabra Él te asegura, de que estará contigo y te levantará por encima de las confusiones y dificultades de la vida. Eso significa, que puede ser que tú no tengas una respuesta de cómo lograr salir adelante de la situación en la que te encuentras, pero que si depositas tu fe y crees en Él, puedes estar seguro que Él lo hará.


III. DELEITARNOS - Muchas veces, en verdad, nos especializamos en las peticiones de nuestro corazón y dejamos de deleitarnos en el Señor.

Dios debe ser la pasión más grande de la vida de un creyente. Debemos de amar, alabar, adorar, agradar a Dios, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra mente.

Debemos fijar nuestra mirada en Él, ser obedientes y fieles al Señor.

No podemos deleitarnos en Él, a menos que creamos que Él puede cumplir perfectamente todo lo que promete y darnos lo mejor que necesitamos para nuestra vida.


IV. DESCANSAR EN JEHOVÁ - Dios nos pide que tengamos plena confianza en Él; que pongamos en sus manos todos nuestros planes, así nuestra vida estará libre de ansiedad.

Debemos tener en cuenta que los caminos de Dios son muy diferentes a los nuestros. Pero Dios dice que no nos preocupemos por esa diferencia. Dejemos que nuestra vida descanse en lo que Él ha de hacer. Todo lo que le hayas encomendado, Él lo hará prosperar, si no para tu gusto, ciertamente para tu bien. Él hallará medios para sacarte de tus apuros, desvanecer tus temores y cumplir tus deseos.

Hará que se manifieste que eres persona honesta y que tus asuntos marchen bien, por muy difícil que veas el panorama.


V. GUARDA SILENCIO Y ESPERA - Guarda silencio ante Jehová, es decir, no nos quejemos.

Hay muchos cristianos que viven en este mundo quejándose de la vida, de las circunstancias, y esa no es la manera de esperar. Debemos esperar en silencio confiando que Dios hará.

Estemos tranquilos y seamos pacientes, si crees en Dios, ten la seguridad de que todo obrará para tu bien, aunque no sepas cómo ni cuándo. Él tiene a su cargo la batalla de nuestra vida. No te alteres, ni te enojes al ver que prospera el que hace maldades; que esto no te motive a imitar su maldad.

Casi siempre, Dios utiliza la espera para enseñarnos y prepararnos, de manera tal que podamos estar listos para hacer buen uso de las bendiciones que Él nos brinda y que éstas sean duraderas y positivas en nuestras vidas.

Si aún estás esperando una promesa de Dios, no te desesperes, el tiempo de Dios siempre es perfecto. Utiliza ese tiempo de espera para descubrir lo que Dios puede estar tratando de enseñarte en el proceso.

Los hijos de Dios no serán avergonzados, aunque muchas veces parezca larga la espera, Dios actuará en el momento más inesperado y de manera sorprendente.


VI. ESPERA SU JUSTICIA - Dios va a hacer justicia.

Los malignos, esos que vemos prosperar, esos que vemos moverse con tan buena actitud y que parece que son mejores que nosotros, esos serán destruidos por algún azote repentino de la justicia divina. Pero los que depositan su confianza y tienen la virtud de esperar en Jehová, ellos heredarán la tierra y todas las promesas de Dios.

Para esos malignos, en Deuteronomio 32:35 dice: Mía es la venganza y la retribución; A su tiempo su pie resbalará, Porque el día de su aflicción está cercano, Y lo que les está preparado se apresura.

En Romanos 12:19 dice: No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.


Yo les invito a que hagan suyos estos 6 consejos prácticos:

  1. No seamos impacientes.

  2. Confiemos.

  3. Deleitémonos.

  4. Descansemos

  5. Guardemos silencio.

  6. Esperemos su justicia.


Resumiendo este mensaje podemos decir:

Encomiéndate a Jehová…Dios sabe lo que está haciendo. No nos preocupemos por dónde nos lleva, así como nos pone a prueba, así también nos saca.


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