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Somos salvos a través de Cristo

A través de los capítulos anteriores vemos que el pueblo de los hebreos a pesar de tener conocimiento del sacrificio de Cristo, insistía en continuar con la tradición de ofrecer sacrificios por los pecados. Pablo utiliza esta carta para explicarles por qué ya no era necesario los sacrificios si finalmente aceptaban a Jesús, y demuestra en esta carta cómo Cristo mejora y supera al viejo pacto.


Vayamos a Hebreos 10:11-23


11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.


Los hebreos debían entender que la sangre de ningún animal ofrecido en sacrificio tenía el poder de limpiar los pecados; solo la sangre de Cristo, el cordero sin mancha, tenía el poder de limpiarlos de pecados y abrirles la puerta a la presencia de Dios. El problema principal de los hebreos era que el aceptar a Jesús podía conllevar que los sacaran de los templos, los encarcelaran y torturaran, y por esto preferían continuar con los ritos de la ley y no arriesgar su vidas teniendo pleno conocimiento de que como consecuencia estaban arriesgando la vida eterna, al no aceptar a Jesús.


Era necesario para los judíos que se arriesgaran y decidieran aceptar a Jesús; No solamente para los judíos era necesario arriesgarse; es necesario también para nosotros.


Yo me pregunto: ¿Qué nos puede impedir en nuestra época aceptar a Jesús? Contrario a los hebreos, y gracias a la democracia en que vivimos, podemos escoger libremente lo que creemos y no somos condenados por ello. Nuestro mayor problema en nuestra época al aceptar a Jesús; es que puede conllevar el rechazo y la burla de tus amistades, de tus compañeros y hasta de tu familia; y esto causa temor en nosotros y muchas veces nos impide tomar una decisión.


Debemos entender que Jesús vino al mundo para facilitarnos la vida; que cuando crees en Jesús; Él se convierte en tu defensor ante todos los que te quieran hacer daño; que la burla o el rechazo que puedas recibir no tiene comparación con la vida eterna que vas a recibir; tú decides si aceptas o no su sacrificio. Atrévete a aceptar el sacrificio de Cristo y no tengas miedo ni te avergüences de ser cristiano.


15 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: 16 Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, 17 añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.


¡¡Aleluya!! ¡¡Gracias Dios!! Porque tu amor es infinito y tu perdón es para siempre.


Yo no sé si alguno de ustedes ha tenido el privilegio de escuchar la voz audible de Dios, en mi carácter personal no ha sido así, pero por estos versículos puedo entender que cuando la palabra nos dice que “Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré”, es ese chip que nos insertan cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador; la voz del Espíritu Santo diciéndonos qué debemos hacer, qué está bien y qué está mal o cual dirección debemos tomar.


Jesús depositó en nosotros el Espíritu Santo para guiarnos a toda verdad, para redargüirnos, para decirnos este es el camino correcto que debes seguir; pero desafortunadamente sabiendo el camino correcto, tomamos el camino incorrecto y no hacemos caso a sus instrucciones. Yo comparo al Espíritu Santo con un GPS. El Espíritu Santo es un GPS; ¿Alguien sabe lo que es un GPS?


Un GPS es un dispositivo que ubica tu posición exacta en dondequiera que te encuentres y mediante este usted puede llegar del punto donde se encuentre a cualquier otro punto donde quiera llegar. Este dispositivo le dice exactamente la ruta que debe seguir, y si por alguna razón tomó la ruta incorrecta, este le va a redirigir una nueva ruta. Inclusive tiene modo audible que hasta le habla y le dice por ejemplo, a 500 metros doble a la derecha y finalmente le indica cuando usted ha llegado a su destino. Qué fácil es llegar a los sitios usando un GPS.


Así mismo trabaja el GPS del Espíritu Santo, está programado con la ruta más corta y directa para llegar a Cristo y siempre que te desvíes del camino; te va a mostrar otra ruta; va nuevamente a redirigir tu ruta para llegar a Jesús.


En Juan 16:13 dice: Y cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; pues no hablará por sí solo, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que han de venir.


Hazle caso al poder del Espíritu Santo que fue depositado en ti; él conoce lo que es mejor para ti y te va a llevar a un lugar de bendición. Eres tú el que va manejando y decides si seguir sus instrucciones o no; es tu decisión.


18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,


Pablo les dice a los hebreos y a nosotros; el pago por el pecado ya fue hecho y no es necesario más sacrificios; el viejo pacto expiró y ya todos tenemos la libertad de entrar a la presencia de Dios con plena seguridad y sin ningún temor. Porque aun siendo imperfectos, la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado y nos hace perfectos delante de Padre. Iglesia, Dios se acercó a nosotros enviándonos a Cristo; si tú eres cristiano que reconoces que el sacrificio perfecto de Cristo quitó el pecado de nosotros, debes entender que tenemos acceso libre para acercarnos a Dios con toda confianza.


Ahora bien; ¿Por dónde vamos a ir? ¿Cuál es el Camino? Por el camino nuevo que es Jesús; y dicho camino fue abierto al Él morir en la cruz. Jesús nos abrió un camino nuevo, libre y directo para obtener la salvación y la vida eterna; Jesús mismo nos dice en la palabra: Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre si no es por mí. Jesús se entregó como sacrificio vivo para que tú y yo tengamos vida eterna.


21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.


Pablo describe a Cristo como un gran sacerdote y quiere que el pueblo entienda y y reconozca que Cristo era superior a cualquiera de los hombres del antiguo testamento; y que este no había entrado al tabernáculo hecho por el hombre, sino que había entrado al mismo cielo; que finalmente tenían un gran sumo sacerdote; un mediador con un nuevo pacto que había abierto el acceso directo al Padre. Jesús entró al cielo para presentarse como sacrificio por nosotros; y permanece allí sentado a la diestra del Padre como nuestro abogado defensor.


En 1Juan 2:1 dice Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Y si alguno peca, abogado tenemos delante del Padre, a Jesucristo el justo.


Ya tenemos un abogado defensor en los cielos; ahora ¿Cómo debemos acercarnos a Dios? Sin ningún temor y teniendo plena confianza de que Jesús abrió el camino; podemos acercarnos al Padre con un corazón sincero, reconociendo tus debilidades, sin dudar y creyendo, con una fe absoluta en Cristo; con un corazón limpio de hipocresía (recuerde que Dios conoce todos sus pensamientos) y reconociendo que Cristo nos limpió con agua pura para entrar en la presencia del Padre.


Debemos por esto estar claros que no hay nada que podamos nosotros hacer para ser libre de nuestros pecados y alcanzar nuestra salvación; solo reconocer el sacrificio que hizo Jesús y depositar nuestra fe en Él.


Por eso cuando reconocemos que solo Él tiene el poder y la autoridad dada por el Padre, entendemos su sacrificio, nos arrepentimos sinceramente y creemos con toda nuestra mente y corazón que solo a través de su muerte alcanzamos el perdón de nuestros pecados, podemos reconocerlo como el sumo gran sacerdote de nuestra vida.


23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.


Pablo nos invita a ser cristianos firmes; firmes en lo que hemos creído, nos dice que no seamos inconstantes, que no nos dejemos llevar por vientos contrarios que nos hagan cuestionar la fidelidad y las promesas de Dios. Mantenernos firme en nuestra fe nos lleva a vivir una vida de obediencia y no de sacrificios, a cumplir con el mandamiento que nos dio Jesús de amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, por lo que tendremos misericordia por otros y haremos buenas obras como producto de nuestra fe.


Qué difícil es mantenerse firme. Para usted poder mantenerse firme necesita ayuda, y el único que se la puede dar es Jesús. En 2 Samuel 22:2 dice: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador.


Van a venir situaciones que van a querer desviarnos de lo que hemos creído; pero cuando nuestra fe está bien cimentada sobre la roca no hay nada que nos haga dudar de que a pesar de la situación que pueda estar pasando en mi vida; tengo plena confianza en la fidelidad de las promesas de Cristo y que todo obrará para bien.


Dios te bendiga

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